El coste financiero de la morosidad en el tejido productivo español supera los 900 millones de euros con casi un 45% de pymes con facturas pendientes de cobro

Hoy abordaremos dos conceptos a veces interrelacionados, morosidad y pymes.

Siempre es susto, pero en muchas ocasiones, demasiadas, también supone la muerte

Hablamos, por supuesto, de muerte empresarial. De cierre. De liquidación.

El impacto de la morosidad en las pymes es un problema grave. El impago de facturas es uno de los grandes desafíos a los que pueden enfrentarse una empresa. Antes, durante y después. Es un mal endémico de difícil solución.

Prevenir antes de curar… Es una frase hecha, pero real. Tanto en nuestro devenir empresarial, como personal.

Nadie está exento de caer en problemas económicos que le impidan pagar sus facturas. Nadie.

La morosidad ataca de diferente manera a las empresas. Las pymes son las que, por su tamaño, peor resistencia pueden ofrecer. En su caso, las empresas más grandes pueden acceder a recursos financieros para hacer frente a esta circunstancia. Además, al tener más clientes, pueden diversificar mejor el riesgo.

Debemos tener en cuenta que los retrasos en los pagos los financia la propia pyme y, en última instancia, si se produce un impago, perdemos la inversión, el coste del trabajo y el margen de beneficio. Si esta circunstancia es reiterada… nos quedamos en el camino.

Cuestión de tamaño

Son hechos. Todos conocemos algún caso. En el colectivo autónomo, micropymes y pymes, las  facturas no pagadas pueden llegar a provocar el cierre, sobre todo si se tiene concentrada la mayor parte de los ingresos en tan solo unos pocos clientes. Si uno de ellos se retrasa en sus pagos, si realiza un volumen menor de pedidos, o si simplemente falla y deja de realizar pedidos, toda la estructura financiera de la empresa se verá comprometida.

 

Actividad

Algunas empresas de determinados sectores tienen ciclos de cobros y de pagos muy específicos. Es fácil verlo en el momento que se elabora el plan de empresa. Puede darse la circunstancia de que los ciclos de cobros sean más cortos que los de pago, y que las empresas paguen a sus proveedores antes de que sus clientes les paguen a ellos.

En definitiva: si un cliente no paga a tiempo toda la cadena se ve comprometida, y si no hay cash-flow o una reserva económica, la empresa puede irse directamente a la quiebra por el simple motivo de que ya no puede seguir financiándose.

Gastos y costes

Cada vez que una empresa no cobra en el momento debido asume dos tipos de pérdidas económicas:
La primera consiste en tener que adelantar los costes y gastos derivados del propio producto o servicio vendido.

La segunda supone el no cobrar los beneficios que tendría si hubiese cerrado la venta, es decir lo que se conoce como el margen de venta; sobre todo para las empresas que tiene un margen comercial reducido.

El interés

Cada vez que una empresa sufre morosidad por parte de sus clientes le está costando dinero. Aún en el caso de que la empresa no tenga liquidez a causa de los impagos de sus clientes, deberá seguir pagando los plazos que por su parte no han podido ser cobrados. Este coste añadido puede ser mayor o menor según sean los tipos de interés de los préstamos e hipotecas de la empresa.

Deuda, morosidad y pymes, un triángulo peligroso

Prevención

Prevenir antes de curar. Es así. Debemos intentarlo. En algunos sectores de actividad es complicado, pero debemos intentarlo. Es necesario.

Dependencia

Debemos procurar no depender, económicamente hablando, de unos pocos clientes. Sobre todo en el caso de los autónomos o las micropymes. En cualquier momento uno o varios de ellos pueden fallar. Sé previsor. Mantén la puerta siempre abierta a nuevos clientes.

Confianza

No confíes ciegamente en un futuro pago para abonar una deuda. Cualquier retraso en el pago por parte del cliente puede “romper la cadena”. Reserva siempre un remanente destinado a emergencias de este tipo.

Crea una política de pagos que no perjudique económicamente a tu empresa si el cliente no paga a tiempo.

Morosidad y pymes

Condiciones claras y concisas

Define claramente unas normas generales para el abono de facturas. Dependiendo de tu tipo de empresa y tu sector, puedes solicitar al cliente el abono de la factura por anticipado si tienes una tienda online por ejemplo, o establecer el pago de un anticipo en el momento del cierre del contrato si trabajas por proyectos.

Anticipación

Ocurre. Anticípate. Si se acumulan las deudas y que no eres capaz de asumir el pago de tus facturas contacta con un profesional que pueda evaluar la situación de tu empresa y te ayude a buscar soluciones. En muchas ocasiones tomar esta decisión a tiempo puede minimizar tus pérdidas. Tu desgaste económico y emocional será menor para que tu negocio pueda seguir adelante sin verte obligado a cerrar.

Obligación

Aunque parezca paradójico, los responsables de una empresa tienen la obligación de poner los medios para atajar una falta de pago ajeno.

Es imperativo invertir tiempo en crear sistemas de actuación financieros que contemplen los diferentes escenarios que te puedes encontrar.

Susto… o muerte. Morosidad y pymes.

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