Cristina Cordero, de Iberaval, junto a José María Borge, de Manos Unidas

Iberaval y Manos Unidas se alían para mejorar la producción agropecuaria sostenible en la zona boliviana de Achatalas

La sociedad de garantía aporta 2.550 euros a un proyecto solidario en el país andino

Iberaval y Manos Unidas unirán fuerzas para llevar adelante el proyecto solidario denominado «Producción Agropecuaria Sostenible para la Seguridad Alimentaria en la Comunidad boliviana de Achatalas», en Bolivia. Una iniciativa que se enmarca dentro de las políticas de Responsabilidad Social Corporativa de la compañía financiera, adherida en 2019 al Pacto Global de Naciones Unidas.

La delegada de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en la sociedad de garantía, Cristina Cordero, ha valorado el empeño de Manos Unidas en Valladolid, organización no gubernamental cuyo delegado es José María Borge, y ha agradecido a toda la plantilla de Iberaval su implicación y respaldo a esta iniciativa.

Por su parte, Borge ha remarcado que la crisis por el coronavirus ha afectado de una manera importante a muchos hogares de nuestro país, pero está resultando aún más dolorosa en los países del tercer mundo.

Frente al cambio climático

En lo referido al proyecto que vuelve a unir a Iberaval, como entidad colaboradora, y a Manos Unidas, como ejecutante, se ha denominado «Producción agropecuaria sostenible para la seguridad alimentaria en la Comunidad de Achatalas».

El principal problema en la zona es la vulnerabilidad de su población por los bajos niveles de producción agropecuaria e ingresos.

La presente allí es, de hecho, una economía campesina de subsistencia, ineficiente y poco competitiva, que, además, no cuenta con apoyo estatal alguno.

A ello se suma que la acción humana está allí acelerando el cambio climático, dado que las prácticas minifundistas aplicadas inciden en la gestión deficiente del agua, la deforestación por la erosión de los suelos y el mal manejo de los recursos naturales. Esa circunstancia, de persistir en el tiempo, aumentará la pobreza de la comunidad, así como la inseguridad alimentaria de las familias.

En pro del colectivo femenino

A estas circunstancias hay que sumar, según Manos Unidas, un alto nivel de analfabetismo, más elevado entre el colectivo femenino, y la temprana edad de embarazo de muchas de las mujeres de la zona. Asimismo, la población tiene acceso limitado a servicios básicos de salud. En 2019, el proyecto financiado por Iberaval, también se dirigía a ayudar al colectivo femenino, en este caso, de otro territorio empobrecido del Paraguay.

El dinero obtenido para el proyecto ha sido donado por los trabajadores de las 15 sedes territoriales de la SGR (presente en Castilla y León, Madrid, La Rioja y Galicia), a lo que la propia compañía ha sumado una aportación suplementaria. En total, Iberaval y su plantilla contribuyen a esa acción solidaria con 2.550,55 euros.

Imagen cedida por Manos Unidas de la Comunidad de Achatalas

Familias vulnerables

El objetivo que persigue es ayudar a 16 familias vulnerables para proteger su entorno favoreciendo técnicas respetuosas con el medio ambiente que les permitirán optimizar recursos.

Iberaval va a contribuir, con esta donación, a mejorar la vida de esas familias campesinas que viven en condiciones de pobreza y tienen como actividad principal el campo. De hecho, según detallan desde Manos Unidas, son minifundistas, con una posesión terrenal cultivable de alrededor de 2,6 hectáreas por familia.

Si bien, la producción agropecuaria allí es muy limitada, de subsistencia, por lo que los jóvenes de la zona se ven obligados a emigrar para sobrevivir y, de esa manera, aportar ingresos complementarios a sus familias. Entre los destinos a los que acuden para aportar su fuerza de trabajo, se encuentra Santa Cruz del Valle, la ciudad más poblada de Bolivia, con 2,3 millones de habitantes.

Suelos agrícolas

Las metas a alcanzar son la implantación de técnicas de protección de fuentes y agua y suelo a través de la forestación, conservación y fertilización de suelos agrícolas, habilitar nuevas tierras cultivables bajo riego y la optimización del uso del agua destinada a la producción agrícola.

En este contexto, se prevé implementar huertos integrales para todas las familias beneficiarias y una unidad educativa orientados a la seguridad alimentaria.

Para esta iniciativa, que se aplicará en el municipio de Sopachuy, en la provincia de Tomina, dentro del departamento boliviano de Chuquisaca, que beneficiará a 140 personas, se cuenta con un socio local, que es Prodama. Este proyecto impulsado por Manos Unidas, tiene una duración prevista de un año.