
Pontvianne llama a «quitar complejos» y visibilizar la capacidad económica de Castilla y León ante los desafíos globales
El presidente de Iberaval apela a recuperar una cultura de la superación y advierte de que «la incertidumbre ha venido para quedarse»
Interviene en una mesa redonda junto al consejero de Economía y Hacienda y portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo; el director territorial de Unicaja Castilla y León Manuel Rubio; y la empresaria bodeguera Olga Rodríguez
«Tenemos que creérnoslo más». Esa fue la frase más repetida durante la mesa redonda organizada por El Mundo Castilla y León, bajo el título El pulso económico global y su reflejo en la España interior. Pero más allá de una consigna, se convirtió en una llamada a la acción compartida por empresarios, responsables institucionales y representantes del sistema financiero que en ella participaron. Entre ellos, el presidente de Iberaval, César Pontvianne, quien instó a dejar atrás el «olor a polilla» y a reivindicar, sin complejos, el papel que juega Castilla y León en la economía española y europea.
Pontvianne fue claro: la Comunidad ya es una potencia en exportaciones, industria y producción energética, pero aún no ha sabido trasladar ese potencial de puertas para afuera. «Tenemos que vendernos mejor. Tenemos materia prima, tenemos talento, tenemos capacidad productiva, pero nos falta ambición para contarlo», advirtió.
A juicio del presidente de Iberaval, uno de los mayores errores de la región ha sido la escasa visibilidad de sus fortalezas, tanto en los mercados internacionales como dentro del propio país. «Castilla y León es la segunda autonomía que más exporta, pero sigue siendo una gran desconocida fuera. No podemos permitirlo», insistió, tras reflexionar, sin ambages, sobre una de las palabras de moda en los últimos años: «la incertidumbre ha venido para quedarse».
Al respecto apuntó que en un entorno de economías de bloques, Castilla y León es la comunidad autónoma con mayor capacidad de producción, pero que no tiene un gran dentro de decisión, las centrales, algo que, a su entender, «tiene mucho más mérito».
FALTA DE AUTOESTIMA
La falta de autoestima -coincidieron varios de los ponentes- ha limitado el desarrollo de una imagen sólida de marca territorial, lo que reduce las oportunidades de atraer inversiones, talento o incluso retener el que ya está aquí. «Hay que pasar del aquí no se puede al aquí lo estamos haciendo bien», resumió Manuel Rubio, director territorial de Unicaja. Desde el ámbito financiero, se señaló que uno de los principales retos está en la comunicación y en la necesidad de creerse, sin fisuras, que esta Comunidad tiene todo lo necesario para ser competitiva.

Desde Iberaval, el mensaje fue aún más contundente: Castilla y León necesita una narrativa propia, realista pero ambiciosa, que no se conforme con ser eficiente, sino que sepa proyectar esa eficiencia al mundo. Y en ese proceso, el acceso a financiación es una herramienta clave.
EMPLEO, ARRAIGO Y DESARROLLO
Pontvianne subrayó que el respaldo a las pymes no es sólo una cuestión financiera, sino también social: «Cada euro que facilitamos a una empresa se convierte en empleo, arraigo y desarrollo. Pero para que ese círculo funcione, tenemos que estar convencidos de que aquí se puede.
Y, sobre todo, decirlo más». La colaboración público-privada, representada en instrumentos como el programa Icecyl Financia -cogestionado con la Junta de Castilla y León– fue puesta como ejemplo de cómo las sinergias institucionales pueden materializar soluciones concretas para las pequeñas y medianas empresas.
El consejero de Economía y Hacienda y portavoz de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, avaló esta idea e hizo un repaso de los factores que están posicionando a la Comunidad por encima de la media nacional en crecimiento, producción industrial y exportaciones.
No obstante, reconoció que persisten frenos estructurales, como el envejecimiento poblacional o la inflación, que exigen respuestas ágiles y coordinadas. «No podemos controlar la incertidumbre, pero sí cómo respondemos a ella», afirmó.
MEJORES INFRAESTRUCTURAS
Esa respuesta, coincidieron los ponentes, pasa por hablar bien del territorio, reforzar las infraestructuras -especialmente las ferroviarias y logísticas- y seguir apostando por sectores clave como la industria, la agroalimentación o la innovación tecnológica.
Olga Fernández, directora general de Grupo Tinto Pesquera, aportó una visión desde el medio rural, donde denunció las dificultades de conexión física y digital que aún enfrentan muchas empresas. «Nos cuesta que la gente quiera vivir en los pueblos. Y sin relevo generacional, no hay futuro para la industria agroalimentaria», afirmó.

También desde el mundo empresarial se pidió un esfuerzo por cambiar la cultura del «no se puede». «Somos referentes en muchos sectores, pero aún pensamos en pequeño», apuntó Pontvianne.
Frente a eso, defendió una visión de largo plazo, más ambiciosa, que ayude a construir una política industrial sólida en la región y que proyecte a Castilla y León como lo que ya es: un territorio fiable, competitivo y preparado.
La jornada dejó un mensaje claro: las potencialidades están. Las cifras lo respaldan. El trabajo, también. Pero falta creérselo. Y ahí es donde Iberaval, como actor clave en la financiación a pymes, vuelve a insistir: «No basta con hacer las cosas bien. Hay que contarlo. Hay que contarlo más. Y hay que contarlo mejor». Porque Castilla y León, a juicio de Pontvianne, no puede permitirse el lujo de seguir siendo invisible.