Iberaval dona 300 euros a la causa solidaria de la Hermana Gloria, colaboradora del Banco de Alimentos de Valladolid

Entrega de talón a la Hermana Gloria

Esta religiosa ha situado en el centro de la acción la atención a los niños necesitados, para propiciarles una nutrición saludable

Iberaval ha afrontado, en los últimos años, una apuesta global por la Comunicación Interna, así como por el impulso de la RSC, a partir de acciones como la recogida de alimentos que tiene lugar en campañas navideñas. En ellas participan socios y empleados de la sociedad de garantía (SGR).

La SGR de Castilla y León ha buscado siempre involucrar a su personal, y la justificación de esta donación parte de una actividad interna que unía ambas áreas (comunicación interna con RSC), en la que el Departamento de Administración resultó ganador.

Dicha iniciativa consistió en una prueba de conocimiento sobre la actividad de la propia SGR. Una vez disputada, el departamento vencedor obtendría 300 euros para realizar una donación a una organización no gubernamental o institución solidaria a determinar.

Y el Departamento de Administración determinó donar el cheque logrado a la Hermana Gloria Sobrino. Una mujer que, desde hace 15 años, ayuda a los más necesitados en su día a día, con la vista puesta sobre todo en los más pequeños.

El acto de entrega del talón se celebró en la sede central de Iberaval, en Valladolid, con la presencia de parte de la plantilla de la entidad. La responsable del Departamento de Administración, Ana Chamorro, fue la encargada de entregarlo.

La Hermana Gloria Sobrino (Frómista, 1938)religiosa de la congregación de religiosas de María Inmaculada, situada en la calle Ruiz Hernández de Valladolid, lleva una década y media con su incansable dedicación a proyectos que favorecen la mejora de la calidad de vida de las personas más vulnerables.

La cantidad donada, explicó la propia Hermana Gloria, irá dirigida a la adquisición de material escolar para los pequeños. Y la distribución, dijo, se hará en base a las necesidades que determinen los profesores de los pequeños.

 

Una colaboración duradera

Fue allá por 2004 cuando Gloria Sobrino inició su andadura junto al Banco de Alimentos. Lo hizo trabajando como intermediaria, y apoyando a una causa que arrancó con apenas una quincena de familias. Si bien, dicha labor ya llega a 250 personas, entre ellas 70 niños.

«No hay trabajo que se le resista», apuntan desde el Área Social del Banco de Alimentos. Su labor humanitaria -agregan- se focaliza en la atención integral de todas esas personas, así como en el respaldo de menores. Circunstancias éstas que han permitido a la hermana Gloria «convertir el patio de su residencia en una fiesta para que todos esos pequeños no sufran penurias por sus carencias alimenticias a la hora de recoger sus víveres mensuales y sus regalos de Reyes».

La religiosa lo explicó en el acto de entrega del cheque: «Contamos con un grupo de veinte voluntarios que juegan, los sábados, con los niños que van con sus padres a recibir los alimentos. Así, mientras los pequeños disfrutan de un batido o de golosinas, atendemos a los mayores». Todos ellos, continuó, tienen una cartilla concedida previa certificación de un trabajador social, en la recogida de los productos.

En otros casos puntuales, añadió, a ciertas familias -aquellas que ocultan su situación o la viven más en silencio- se les surte en jornadas de diario.

Los niños, la mayor prioridad

El presidente de la Fundación Banco de Alimentos de Valladolid, Jesús Mediavilla, quien acompañó a la Hermana Gloria en la recepción del talón señaló que, «los niños son la mayor prioridad que tenemos, porque queremos que crezcan con una nutrición adecuada».

Al respecto, detalló que en la actualidad trabajan, en ese sentido, con la nutricionista Margarita Alonso. Por último, incidió en que «a estos menores no puede faltarles cuatro raciones semanales de legumbres».

Departamento de Administración

Junto a Chamorro, el Departamento de Administración de Iberaval, lo componen José Miguel López Carmona, Teresa Almena, Pilar Antolín y Begoña Fernández Sastre.