Fondos de garantía: dos modelos que apuntalan el crédito productivo en Iberoamérica
David Bocanument (FGA, Colombia) y Verónica Wejchenberg (Fogaba, Argentina) coinciden en que la inclusión financiera pasa por democratizar el acceso al crédito y reforzar la cultura financiera desde las instituciones
El acceso al crédito sigue siendo una línea de fractura para millones de pequeños empresarios en América Latina. Pero también, una oportunidad de desarrollo económico y social cuando existen estructuras institucionales que respaldan, acompañan y educan. Así lo evidencian dos experiencias consolidadas en la región: el Fondo de Garantías de la Provincia de Buenos Aires (Fogaba), en Argentina, y el Fondo de Garantías de Antioquia (FGA), en Colombia. Ambos modelos fueron protagonistas en el XXVIII Foro Iberoamericano de Garantías y Financiamiento de la Pyme, celebrado recientemente en San Carlos de Bariloche (Argentina), y las conversaciones posteriores con sus responsables, David Bocanument y Verónica Wejchenberg, han permitido profundizar en las claves de sus éxitos.
COLOMBIA: MODELO PRIVADO QUE IMPULSA INCLUSIÓN Y DIGITALIZACIÓN
Con 28 años de trayectoria, el FGA ha respaldado más de 30 millones de operaciones de crédito, garantizando 27.000 nuevas solicitudes cada día. «Hemos sido fiadores de más de nueve millones de personas. Eso significa que uno de cada cinco colombianos ha accedido al crédito gracias a nosotros», detalla David Bocanument, presidente de la entidad.
Su modelo, cien por cien privado, opera con una lógica financiera rigurosa, pero con un propósito social: «No tenemos un papá gobierno que nos rescate si fallamos. Por eso calculamos bien el precio del servicio. Pero nuestro foco está en el impacto que generamos, no en las utilidades», explica.
El salto digital ha sido determinante. Antes de la pandemia, apenas el 10 por ciento de los créditos del FGA se gestionaban de forma digital. Hoy, el 86 por ciento de las operaciones se tramitan completamente online, lo que ha permitido acercar financiación a zonas rurales y a comunidades sin oficinas bancarias, gracias a alianzas con fintech y neobancos como Nequi o Daviplata. «Garantizamos crédito 24/7, porque un autónomo puede necesitar financiación a las tres de la mañana, y tiene derecho a conseguirla desde su móvil», subraya Bocanument.
La entidad, con una calificación de riesgo F1+ de Fitch Ratings, trabaja con más de 40 bancos y plataformas financieras, y ha hecho de la tecnología, la ciberseguridad y la educación financiera sus principales aliados. Uno de sus frentes más complejos sigue siendo la lucha contra el crédito informal —el llamado gota a gota—, un fenómeno de usura que afecta a miles de personas. «La educación financiera es nuestra gran herramienta para combatirlo. Hay que enseñar desde la escuela qué es un crédito sano, cómo estructurarlo y con quién contratarlo», defiende su presidente.
IA AL SERVICIO DE LAS FINANZAS
Con su infraestructura basada en Amazon Web Services y el uso creciente de inteligencia artificial para automatizar procesos, FGA se prepara ahora para un nuevo reto: exportar su modelo a Centroamérica. «La necesidad de un aval institucional sigue vigente en toda la región. El modelo es perfectamente exportable; el desafío está en adaptar la normativa de cada país», afirma Bocanument.
ARGENTINA: FONDO PÚBLICO AL SERVICIO DE LAS MIPYMES
Desde la provincia de Buenos Aires, el Fogaba -con 30 años de vida- se ha consolidado como un instrumento esencial para democratizar el acceso al crédito productivo. Bajo la presidencia de Verónica Wejchenberg, la entidad ha triplicado su actividad en los últimos años y hoy destina el 93 por ciento de sus garantías a micro y pequeñas empresas, muchas de ellas sin historial financiero o garantías propias.
«Las garantías permiten que muchas pymes accedan por primera vez al crédito formal y mejoren sus condiciones», sostiene Wejchenberg. Su esquema combina participación estatal mayoritaria con representación del sector privado y de cámaras empresariales, y divide su cartera en tres grandes tercios: agropecuario, industrial y de servicios.
La presidenta de Fogaba recuerda que, durante la pandemia, la entidad implementó un sistema virtual de evaluación y aprobación de garantías, que le permitió mantener la operativa en plena emergencia sanitaria.
OPERACIONES EN TIEMPO REAL
Hoy, ese sistema de automatización y parametrización le permite aprobar operaciones en tiempo real, una ventaja crucial en un contexto macroeconómico complejo como el argentino, donde las tasas de interés se sitúan entre el 70 y el 80 por ciento, y la inflación ronda el 25 por ciento.
«En un país con inflación alta, cada día que se pierde esperando una aprobación significa dinero perdido», apunta Wejchenberg. Fogaba cubre hasta el 100 por cien de las operaciones de capital de trabajo y el 75 por ciento en inversiones, una fórmula que reduce el riesgo para las entidades financieras y facilita el acceso de las pymes al crédito.
Más allá de las cifras, su presidenta enfatiza la importancia de la educación financiera y el acompañamiento empresarial. «Muchas pymes no tienen personal formado para enfrentar todas las áreas de gestión. Nosotros no solo garantizamos créditos, también asesoramos y orientamos sobre qué línea o entidad se adapta mejor a cada caso», explica.
Desde su rol en REGAR (Red Iberoamericana de Garantías), Wejchenberg destaca un crecimiento sostenido del sistema en toda la región. «Cada vez más países se suman, consolidan sus estructuras y muestran interés por compartir buenas prácticas», asegura. A su juicio, el gran desafío es avanzar hacia esquemas de reafianzamiento compartido, en los que los riesgos se repartan entre fondos públicos, privados y organismos multilaterales como el BID o la CAF. «Si todos asumimos una parte del riesgo, llegaremos a más empresas. Es un tema de voluntad y coordinación», concluye.
VISIÓN REGIONAL QUE UNE A IBERAVAL CON LA AMÉRICA HISPANA
El XXVIII Foro Iberoamericano de Garantías y Financiamiento de la Pyme, celebrado en San Carlos de Bariloche, en Argentina, reafirmó la dimensión iberoamericana de las sociedades de garantía. Allí, Iberaval, líder del sector en España con un riesgo vivo de más de 1.700 millones de euros y más de 40.000 socios, reforzó su compromiso con la cooperación internacional y el intercambio de buenas prácticas entre Europa y la América Hispana.
Como subrayó el director general de Iberaval, Pedro Pisonero, las sociedades de garantía «somos parte de la solución al problema del crédito y estamos preparadas para asumir un mayor protagonismo». A su entender, el también presidente de REGAR, el modelo iberoamericano, público o privado según el país, comparte una misma filosofía: el crédito como motor de desarrollo cuando está bien estructurado y acompañado, y la garantía como la llave que abre la puerta del sistema financiero formal.
Desde Antioquia o Buenos Aires, y con respaldo de redes como REGAR, los fondos de garantía iberoamericanos demuestran que la inclusión financiera no es un discurso, sino una estrategia tangible. Porque donde hay garantía, hay confianza; y donde hay confianza, hay desarrollo.
