
La financiación verde, protagonista en un Encuentro Intersectorial sobre Descarbonización celebrado en Valladolid
El director general de Iberaval modera un debate protagonizado por financiadores nacionales y europeos con el foco puesto en la adaptación de las pymes
La financiación verde ha protagonizado el II Encuentro Intersectorial sobre Descarbonización, centrado en las Finanzas Sostenibles, celebrado en el Museo de la Ciencia de Valladolid. Un encuentro que ha reunido a cerca de un centenar de asistentes, y que ha contado con una mesa redonda sobre financiación, que ha moderado el director general de Iberaval, Pedro Pisonero.
En el coloquio han estado presentes Juan Carlos Delrieu, del Consejo Asesor del Green Finance Institute; Esther Badiola, principal advisor de la Oficina del Clima de Operaciones del BEI; y Guillermo Martínez, experto en medición y contrastes de la huella de carbono del ICO.
Delrieu, quien fuera responsable de la Asociación Española de Banca, quien diseñó y creó el Centro de Finanzas Responsables y Sostenibles, para apoyar a las pymes a romper ese temor por la sostenibilidad, ha hablado de la colaboración público-privada y la gobernanza.
BEI: EL GIGABANCO DE EUROPA
Badiola, por su parte, se ha referido al Banco Europeo de Inversiones (BEI) como un gigabanco de la UE, que pertenece a todos los países de la Unión y cuyo objetivo es seguir mejorando la vida de las personas de los países que la integran.
Según ha apuntado, este banco finalista maneja 87.000 millones de euros en negocio anual, fundamentalmente dirigido a Europa, pero con un 10 por ciento para actividades fuera de este territorio, y ha aludido a la filial que es el FEI, con cerca de 700 empleados. El BEI, que se ha marcado el objetivo de ser el banco del clima, invierte en innovación, digitalización y capital humano (19.760 millones de euros) , en energía sostenible y recursos naturales (26.800), regiones y ciudades sostenibles (21.330) y pymes y midcaps (más de 19.000).

Guillermo Martínez, por su parte, se ha referido a la sostenibilidad como uno de sus pilares estratégicos fundamentales. «El ICO va a poder repartir fondos a partir del mecanismo de recuperación y resiliencia, por un total de 34.150 millones de euros, unos fondos que incluyen préstamos directos, compra de bonos, líneas de mediación e inversión en capital riesgo», ha afirmado.
Al respecto, ha detallado que MRR Verdes supone 22.000 millones de euros, que se dirigen a transporte sostenible, energías renovables o economía circular. La parte referida a empresas y emprendedores consta de 8.150 millones de euros -con 5.000 millones para líneas de mediación-, y busca el crecimiento empresarial y el fomento de la competitividad.
En ese contexto, Martínez ha expuesto que no hay límites con el tamaño ni con el sector de actividad, pero sí se busca que cumplan con el criterio de «no causar un daño significativo». Por ello, se ha buscado reducir la carga burocrática y la agilización en la concesión.
Pedro Pisonero ha recordado la importancia del BEI, que tiene capilaridad en instituciones como Iberaval, dado que la financiación del primero, se canaliza a partir de entidades financieras.
Nueva oferta de productos
Delrieu ha destacado la implicación del sector financiero español en la financiación verde, y ha asegurado que la banca está financiando proyectos de inversión. En ese punto ha apostado por «seguir pensando en una nueva oferta de productos».
A su entender, los bancos se plantean lo verde por algo: por su propia convicción -la banca se compromete en unos ambiciosos objetivos climáticos-, cumplimiento -gestión del riesgo y estabilidad financiera- y la oportunidad que representa para todos.
En ese punto, Badiola ha recordado que está prevista la descarbonización de Europa en 2050, a la par que ha recordado que la Comisión ahora tiene un mandato de agilizar la carga administrativa, con un objetivo del aumento de la competitividad.
Preguntado sobre las ventajas que tiene hacer operaciones con el ICO, Martínez ha concretado que «existe dinero que se pone a disposición de las empresas españolas», a lo que ha agregado que «los plazos son grandes, 20 años para amortizar un producto, además de las carencias».

Sobre los inconvenientes de la implementación de soluciones verdes, Delirieu aludió a la involucración de la banca con este asunto: «sólo el 4 por ciento tenían sensibilidad por estos temas, según encuesta de 2020», algo que ha variado.
«Hay que considerar que la sostenibilidad no es la piedra filosofal y plantear proyectos rentables», ha señalado, para culminar afirmando que «el principal problema es que no hablamos el mismo idioma». «Europa tiene que cambiar su mindset», ha resumido. Martínez ha apuntado que las empresas están acostumbradas al business as usual, pero hace falta ver las acciones medioambientales no como una carga, sino como una inversión.
Al respecto, ha indicado que constituye «una oportunidad muy grande para un mercado que crece mucho». Así, ha afirmado, las instituciones públicas deben acompañar y guiar las inversiones. Hace falta ese cambio de mentalidad y que las instituciones ayudemos a financiar.
Menos papeleo
Por último, Esther Badiola ha destacado la promesa de la Comisión Europea de aligerar la carga administrativa. «Esta nueva Comisión no va a regular tantísimo», ha afirmado.
Asimismo, ha referido que el sector de la eficiencia energética tiene el viento de cola, mientras que el de la automoción debe encontrar dónde destaca para invertir, para ser imprescindible en la transformación que viene. «Es el que más difícil lo tiene, pero hay oportunidades», ha reflexionado.
Para finalizar, ha lanzado la siguiente frase, atribuida a Barack Obama, y proferida en 2014: «Somos la primera generación en sufrir los efectos del impacto del cambio climático y la última en poder aportar soluciones». Por su parte, Guillermo Martínez ha añadido que, en lo referente a la sostenibilidad, «éste es el momento (ahora) y el lugar (Europa).
Previamente, en el Encuentro han intervenido responsables de Fácyl, clúster regional de automoción; Vitartis, asociación agroalimentaria de Castilla y León; AEICE, clúster de habitat eficiente; y A3E, que integra a las empresas de eficiencia energética; además de pymes como Cascajares.