Compromiso Iberaval Temporada 4 Episodio 2

La fuerza del liderazgo empresarial y el valor del teletrabajo en la era digital se abren paso en Compromiso Iberaval

Carmen San Martín y David Blay nos hablan de la importancia de la adaptación en empresas familiares y la revolución del teletrabajo, especialmente entre la generación Z.

En un mundo en constante evolución, los testimonios de Carmen San Martín, directora general de Bodegas de Alberto, y David Blay, especialista en teletrabajo, en este nuevo episodio de Compromiso Iberaval, ofrecen valiosas perspectivas sobre liderazgo y transformación digital. Mientras San Martín pone en valor la capacidad de las empresas familiares para adaptarse a los retos del mercado, Blay reflexiona sobre cómo el teletrabajo ha cambiado la forma en que las nuevas generaciones conciben su vida laboral.

La visión de una empresaria de tradición familiar

Carmen San Martín, al frente de una bodega con más de tres siglos de historia, ha sabido combinar tradición e innovación para llevar los vinos de su familia a mercados internacionales sin perder su esencia.

Como ella misma explica, uno de los grandes logros de su gestión ha sido mantener viva la historia de Bodegas de Alberto.

«Nosotros tenemos la historia a la puerta», asegura al hablar de los orígenes de la bodega, que se remontan al siglo XVII, cuando los dominicos fundaron las primeras instalaciones​.

La internacionalización ha sido una de sus grandes apuestas. «La exportación es uno de los ejes prioritarios», afirma, destacando que, aunque en la actualidad supone un 15 por ciento de la facturación, su objetivo es aumentar esta cifra. La visión de futuro que ha transmitido a la empresa está basada en el compromiso familiar y la innovación tecnológica.

Entre las herramientas que ha incorporado destaca un sistema de análisis que permite obtener diez parámetros de calidad de la uva en segundos​.

Eficiencia y sostenibilidad en la bodega

Esto no sólo mejora la eficiencia, sino que refuerza su apuesta por la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente. Gracias a la implementación de herramientas tecnológicas como un sistema de análisis de uvas, Bodegas de Alberto ha podido mejorar la calidad de sus vinos y optimizar sus recursos.

«Uno de nuestros objetivos es minimizar el desperdicio alimentario. Para nosotros, un grado de diferencia en la sala de barricas puede generar más evaporación, lo que implica pérdidas importantes», subraya San Martín, insistiendo en la importancia de controlar cada detalle en el proceso de producción​.

Su enfoque no sólo ha sido técnico, sino también estratégico, al destacar la importancia de la formación y el equipo humano en el éxito de la bodega: «Siempre digo que vamos a empezar por las personas, y luego ya compramos cacharritos. La transformación digital es más una transformación de personas que de sistemas», argumenta.

Esta filosofía, centrada en el desarrollo de las capacidades del equipo, ha permitido a la empresa adaptarse a las exigencias del mercado sin perder su esencia familiar.

En un entorno rural con salida a todo el mundo

Bajo su liderazgo, la bodega ha mantenido sus raíces, pero también ha dado pasos firmes hacia la modernización y el enoturismo. «Para nosotros, el impacto de estar en un pequeño municipio tiene su cara y su cruz», explica San Martín sobre la sede de la bodega en Serrada, Valladolid.

Si bien este entorno rural impone ciertos desafíos logísticos, también es una seña de identidad clave: «No estamos en mitad del campo, estamos en el centro del núcleo urbano, lo que nos une indisolublemente a nuestras raíces».

San Martín también ha liderado el impulso de la internacionalización de la bodega, una tarea que ha sido todo un reto: «El mercado exterior es muy competitivo y profesional, pero yo siempre digo que sale mucho más caro no exportar», reflexiona.

Carmen San Martín fue presidenta de la DO Rueda y es la directora general de Bodegas de Alberto

Además, pone en valor cómo durante la pandemia, las exportaciones ayudaron a mantener la estabilidad de la empresa: «Gracias a la exportación, logramos terminar aquel año en resultado positivo, lo cual todavía me sigue sorprendiendo».

El legado del futuro

A nivel personal, San Martín se muestra especialmente comprometida con el legado familiar. «Nuestra vocación es dejar un buen legado a la siguiente generación. Queremos que este negocio tenga continuidad por muchos años más dentro de la familia, si es posible, porque va en nuestro ADN», comenta con pasión, dejando claro que el futuro de la bodega está siempre vinculado a sus raíces​.

San Martín subraya también los retos a los que se enfrenta el sector del vino, especialmente en el contexto actual. «Estamos perdiendo la cultura del vino entre los jóvenes», lamenta, refiriéndose a la caída del consumo en las generaciones más jóvenes.

No obstante, se muestra optimista en cuanto a las nuevas tendencias del mercado, como los vinos espumosos y frizantes, que están atrayendo a un público más joven​.

David Blay y la revolución del teletrabajo

Por otro lado, David Blay, experto en teletrabajo y consultor, aborda una temática que ha cobrado especial relevancia desde la pandemia: el trabajo remoto. Blay, pionero en la promoción de esta modalidad en España, asegura que su implantación ha sido un gran avance, pero advierte que aún hay un largo camino por recorrer.

Con más de 25 años de experiencia en medios de comunicación, Blay comenzó a interesarse por el teletrabajo en 2007, cuando decidió trabajar desde casa, una decisión que pocos comprendían en ese momento.

«Yo recuerdo decirles a mis amigos que iba a trabajar desde casa, y no entendían cómo lo iba a hacer», comenta. Sin embargo, su convencimiento de que la tecnología permitiría un cambio en la forma de trabajar fue lo que le llevó a especializarse en este ámbito y escribir su libro ¿Por qué no nos dejan trabajar desde casa?, publicado en 2014​.

«Durante la pandemia se salvaron muchas empresas gracias a que se pudo teletrabajar», comenta, aunque lamenta que, tras la crisis sanitaria, muchas compañías estén volviendo a modelos presenciales​.

David Blay, en un estudio de radio

Blay destaca que el principal obstáculo sigue siendo la falta de formación en herramientas digitales y gestión del tiempo.

Formación para el teletrabajo

«Teletrabajar no es hacer las mismas horas en un sitio distinto», señala, insistiendo en que las empresas deberían haber aprovechado la pandemia para formar a sus empleados en productividad y nuevas tecnologías​. Esto, según Blay, es especialmente relevante en el caso de la generación Z, una franja poblacional que da prioridad a la flexibilidad laboral y a la salud mental sobre otros aspectos, como el salario o la estabilidad.

El experto subraya que el modelo de trabajo híbrido, que combina teletrabajo y presencialidad, es un paso en la dirección correcta, pero debe personalizarse para obtener mejores resultados.

«El modelo híbrido permite a los empleados concentrarse en tareas importantes desde casa, pero no todas las personas necesitan lo mismo. La clave está en personalizar, no en aplicar un enfoque genérico», señala Blay.

La asignatura de la comunicación transversal

Además, apunta que la falta de comunicación transversal dentro de las empresas sigue siendo uno de los principales problemas, ya que muchas veces los empleados no conocen los objetivos estratégicos de sus organizaciones​.

Otro de los retos que David Blay identifica es la conciliación, un tema que ha cobrado mayor relevancia con el auge del teletrabajo. «La conciliación es posible, pero no es la panacea», advierte.

Según él, trabajar desde casa puede facilitar el equilibrio entre la vida laboral y personal, pero también genera desafíos, especialmente para aquellos que tienen que cuidar a sus hijos. «Durante el verano, hacemos malabares para trabajar y estar con nuestras hijas, pero estamos ahí. Esa es la realidad del teletrabajo: te permite estar, aunque a veces sea difícil», sentencia​.

El consultor también pone el foco en las barreras culturales que impiden una mayor adopción del teletrabajo en España. «Hay una barrera de educación para las personas que llevan empresas exitosas», explica.

Para Blay, muchas de estas personas no están dispuestas a cambiar de mentalidad, lo que frena el avance de modelos laborales más flexibles​.

El impacto del teletrabajo en la generación Z

Uno de los puntos más interesantes que destaca Blay es cómo el teletrabajo es valorado por los más jóvenes. La generación Z, nacida entre dos grandes crisis económicas, ha crecido con una percepción diferente del trabajo.

«Es una generación que no está teniendo acceso a la vivienda, que sabe que difícilmente va a tener un salario alto inicialmente», comenta Blay. Por ello, la flexibilidad laboral y la conciliación son aspectos clave para este grupo​.

El especialista enfatiza que, para esta generación, el bienestar mental y el equilibrio entre vida personal y profesional son prioritarios. «Están cambiando cosas que nosotros en algún momento nos hemos callado», añade, refiriéndose a cómo la generación Z no acepta trabajar en condiciones que no respeten sus necesidades de conciliación​.

A su entender, ésta es una generación valiente.