Cómo atraer a los mejores talentos en un mercado saturado

Captar perfiles cualificados ya no depende sólo del salario

Las empresas que triunfan en la atracción de talento apuestan por propósito, cultura organizativa y flexibilidad real

En un mercado laboral donde la oferta supera la demanda en determinados perfiles —especialmente en sectores como tecnología, salud, ingeniería o finanzas—, la pregunta clave para muchas organizaciones es cómo atraer a los mejores talentos en un mercado saturado. La competencia por los profesionales más cualificados es feroz, y las estrategias tradicionales ya no bastan.

Ya no se trata únicamente de publicar una oferta en un portal de empleo y esperar a que lleguen candidaturas. Hoy, captar talento de calidad implica construir una marca empleadora sólida, ofrecer propuestas de valor diferenciadas y entender qué buscan las nuevas generaciones.

Porque el talento no solo quiere empleo: busca propósito, desarrollo profesional y condiciones que permitan equilibrar vida y trabajo.

EMPLOYER BRANDING, CULTURA Y FLEXIBILIDAD

El primer paso para atraer talento en un mercado saturado es posicionar a la empresa como un lugar deseable donde trabajar. Eso se construye a través del employer branding o marca empleadora, que va mucho más allá de un vídeo institucional o una página corporativa atractiva. Se trata de definir, demostrar y comunicar de forma creíble qué hace única a la organización como empleadora.

Una estrategia de marca empleadora eficaz incluye testimonios reales del equipo, presencia activa en redes profesionales como LinkedIn, participación en eventos del sector y coherencia entre lo que se comunica y lo que se vive dentro de la empresa. Los candidatos investigan, comparan y contrastan antes de enviar un currículum. La transparencia y autenticidad en el mensaje son determinantes.

Candidatas a un interesante puesto de trabajo

En segundo lugar, la cultura organizativa se ha convertido en un factor decisivo. Las personas buscan entornos de trabajo donde se sientan valoradas, escuchadas y alineadas con los valores corporativos. La inclusión, la diversidad, el reconocimiento y el liderazgo horizontal son aspectos que pesan tanto o más que la retribución. Las empresas con una cultura saludable no solo atraen talento: también lo retienen.

Por último, la flexibilidad ya no es una ventaja, sino una exigencia. El teletrabajo, los horarios adaptados, la semana laboral comprimida o las políticas de desconexión digital forman parte de las condiciones que los profesionales valoran antes de aceptar una oferta. En un mercado saturado, las empresas que no ofrecen opciones flexibles quedan automáticamente descartadas para una parte significativa del talento cualificado.

PROPUESTA DE VALOR

Además del posicionamiento externo, es esencial trabajar una propuesta de valor clara para el empleado (EVP, por sus siglas en inglés). ¿Qué obtendrá esa persona si se une al proyecto? ¿Qué diferencia a esta empresa de las demás? El EVP debe ir más allá del salario y tocar aspectos como el desarrollo profesional, los planes de formación, el bienestar emocional o las oportunidades de crecimiento interno.

Otro punto clave para atraer a los mejores talentos en un mercado saturado es diversificar los canales de captación. No basta con depender de portales generalistas. Las empresas más competitivas buscan en comunidades profesionales especializadas, hackathons, redes sociales, plataformas de freelancing o incluso programas de referencia interna, donde los propios empleados recomiendan a perfiles afines a la cultura corporativa.

Candidatos de lo más variopinto encontrarás en puestos de trabajo

La experiencia del candidato durante el proceso de selección es igualmente crucial. Una entrevista mal gestionada, una comunicación escasa o la falta de feedback pueden arruinar la relación con un perfil valioso. Cada etapa del proceso debe estar diseñada con la misma atención que se presta a un cliente. De hecho, muchas empresas líderes aplican metodologías de experiencia de usuario al candidate journey, para asegurar que quienes pasen por sus procesos lo valoren, independientemente del resultado.

En mercados altamente competitivos, los procesos lentos o excesivamente burocráticos suelen quedar penalizados. La agilidad y la personalización marcan la diferencia. Un candidato cualificado que no recibe respuesta en una semana probablemente ya estará participando en otro proceso más eficiente.

La clave, en definitiva, está en invertir en las personas antes de que entren por la puerta. Porque en un entorno donde el talento puede elegir, son las empresas quienes deben esforzarse por demostrar que merecen ser elegidas.

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